lunes, 1 de septiembre de 2008

A LOS RADICALES: PARA COMPRENDER MEJOR. TAMBIEN PARA LA SOCIEDAD *Por el Ing. Mario Jaraz

Ayer nadie quería ser, todos se querían ir, todos se iban.
Poco importaba la ideología, nada importaba la historia.
No importaban las propuestas ni tampoco los principios.
A ninguno le interesó investigar si era verdad. Si ese era el rumbo correcto. Si la oferta era honesta.
Todos corrían detrás del poder.
Todos encontraban pretextos.
Algunos decían que lo hacían para poder seguir gestionando. (Pero nos lo decían solo a los “fracasados” que nos quedábamos)
Otros decían que habían descubierto una propuesta superadora, la verdad revelada, el futuro deseado.
Y nos decía a los que nos quedábamos que representábamos el pasado.
Que el partido en el que estabamos, su ex – partido, la Unión Cívica Radical, “ya había sido”
Ellos corrían detrás del poder.
Por él serían exitosos. Debían desprenderse del pasado y si podían desgajarlo mucho mejor.
No miraban hacia atrás por miedo a la leyenda bíblica.
Nadie quería ser de sal. Ellos no serían de sal. Eso era para los que nos quedábamos.
Corrían hacia lo dulce.
Hacia el triunfo. Su inteligencia les había permitido entender y cambiar el fracaso por el éxito.
Presurosos corrían detrás del poder.
Corrían subyugados, embelesados, maravillados.
Se habían liberado de la derrota, ella era para los otros, para los que nos habíamos quedado.
Cuando corrían exponían pretextos, explicaciones, justificaciones.
Dejaban atrás una dirigencia caduca. Métodos antiguos. Lealtades nocivas.
El partido no había evolucionado. No lo dejaban evolucionar. Ellos si.
Argucias para evadir la verdad.
¿Y los principios, la ideología, los ideales?.
No importaban, después de todo, si bien no todas son iguales, todas son parecidas.
El problema no era de ellos. Ellos iban al encuentro del poder, de la celebridad, de la notoriedad, la fama.
El problema era para los que nos quedábamos. Eramos los fracasados, los derrotados.
Los custodios de la historia sin futuro.
Pero…: ¿ellos sabían realmente adonde iban?
¿Conocían el destino? Es preferible no pensar que lo ignoraban.
¿O solo corrían detrás del poder?
Algunos no corrieron detrás del poder, sólo porque no fueron invitados.
Tenían derecho a correr. La libertad para hacerlo. Se fueron.
Nos quedamos los perdedores, los equivocados, los con identidad definida, los leales con la historia, con nuestros prohombres, con los principios, con los ideales.
Los que empezamos la tarea de la reconstrucción, del mantenimiento, de la reposición.
Los que seguimos trabajando.
Ellos dejaron de correr. Dicen que llegaron. Son parte del poder.
Comparten gozosamente el haber conseguido los superpoderes para el Poder Ejecutivo. Haber degradado el Poder Legislativo Nacional. Haber contribuido en el avance del Poder Ejecutivo sobre las facultades del Poder Judicial al cambiar la constitución del Consejo de la Magistratura.
Llegaron y son parte de la falta de calidad institucional que afecta los principios de la República, de los que dijeron que los gobiernos encabezados por la familia Kirschner en nombre del partido Justicialista son los primeros que se ocupan en el País de defender los derechos humanos ofendiendo el hecho histórico que significó el juzgamiento por el Gobierno de la Unión Cívica Radical que encabezó el Dr. Raúl Alfonsin de las juntas militares autoras del proceso nacional.
Son parte también de la mentira del INDEC, del avasallamiento de las autonomías provinciales al no respetar el verdadero sentido del Federalismo que establece la Constitución Nacional. Todo a la inversa de lo que piensa la UCR.
Están contentos. Llegaron al poder. Comparten los espacios con el señor secretario de Comercio Moreno, con el Señor Jaime, a quien la UCR a través de sus legisladores ha denunciado en diversas oportunidades ante la Justicia por mal cumplimiento de sus funciones.
Es verdad, llegaron y son parte de todos estos y de muchos otros “logros” del gobierno actual que les permitió sentirse realizados.
Cuando uno de ellos, el señor Vicepresidente de la Nación, juntamente a otros integrantes de su nuevo grupo, la Concertación transversal del Dr. Néstor Kirschner, decidieron “no votar en positivo” la conversión en Ley de la Resolución Nº 125 del Ministerio de Economía de la Nación, que tiene que ver con el tema de las retenciones móviles, muy resistida por el sector agropecuario con el apoyo de una gran parte de la sociedad, desde el poder, le hicieron saber que “había llegado” pero que “no había llegado”, y que les transmitiera esta realidad a sus compañeros de “corrida”.
Habían cambiado determinadas reglas de juego.
Los que juraron lealtad permanente sin cuestionar nada, llegaron.
Los que no pueden ser desplazados porque tienen certificado de legalidad han descubierto que su llegada solo les sirve para enriquecer su currículo personal, para hablar, hacer uso de las prerrogativas formales que le corresponden al cargo al que llegaron (no sólo el Sr. Vicepresidente, sino también algunos gobernadores, legisladores, intendentes, etc.), pero no para resolver cuestiones fundamentales y trascendentales para el País. Eso esta en las manos de los “patrones”.
Entonces hablan.
¿Para esto habían corrido? ¿Para esto habían denostado su propio pasado?
Muchos, la gran mayoría, empezaron a darse cuenta de un detalle. Corrieron, llegaron, pero nadie los estaba esperando ni nadie se ocupó de brindarles un espacio. Al llegar sólo les prestaron una silla y les dieron un poco de agua.
Tuvieron que entender que lo demás no les pertenece y pese a que encontraron, aunque sea devaluado, el título Concertación Plural, de poco les esta sirviendo.
Les están haciendo conocer el viejo dicho: “quien traiciona una vez… etc.etc.”
La realidad los obliga a buscar donde ir. Muchos quieren volver.
Algunos de los que estaban en el partido político del que se habían ido, aunque no quieran reconocerlo y aún hoy les duela decirlo, pero que en el no tenían ninguna responsabilidad directiva, sino sólo un prestigio al que con equivocadas acciones continúan auto devaluando, especialmente frente a la sociedad, vieron en esta situación coyuntural de quienes se habían ido una estadio propicio para volver a lograr trascendencia sin importarles los daños que podrían provocarle al proceso de recuperación que esta pasando el partido, especialmente en lo que se refiere a la credibilidad de parte de la sociedad.
Y empezaron a pedir amnistías generales, a que se abran las puertas, a que se los busque a todos los que habían decidido irse, que se los invite, que se les pida y si era necesario que hasta se les ruegue el retorno.
Pues en ellos esta depositado el futuro del partido.
Los que estámos debíamos entregar el testimonio y retroceder porque ya habíamos realizado suficiente daño sobre todo cuando por defender a la Unión Cívica Radical, que es una manera de vivir, de pensar y de comportarse en la vida, tuvimos la osadía de sancionar y luchar contra aquellos que no solo se iban sino que cada uno deseaba llevarse una parte del partido para entregar a su nuevo jefe como testimonio de que habían cumplido con el objetivo de destruirlo.
Según algunos ¡A ellos debemos llamarlos y rendirles honores!.
¿En nombre de que? ¿Por qué razón?
Nosotros cuando se fueron los respetamos, porque como radicales somos respetuosos de las decisiones que en nombre de la libertad individual que a cada uno le corresponde, corrieron en busca de un escenario distinto al nuestro para concretar su trabajo político.
¿O no sabían que era diferente?
La UCR no es el Kirschnerismo ni el justicialismo.
Solo les pedimos a todos ellos respeto, si no es a nosotros, a los que nos quedamos y llegamos a dirigentes por nuestra firme convicción y voluntad en la importancia de nuestro partido, que lo hagan por los hombres que construyeron el radicalismo y que con satisfacción podemos mostrar, porque nunca corrieron detrás del poder ni intentaron mimetizarse con aquellos que convirtieron al poder en un objetivo para la concreción de ambiciones personales.
A la Unión Cívica Radical, aunque a muchos les cueste creerlo y entenderlo, es a la que no le conviene que retornen, porque perderá frente a la sociedad la pequeña parte de seriedad recuperada, porque no es serio aquel grupo social que prioriza la cantidad a la calidad y con tal de tenerla no analiza la conducta de quienes la integran.
Dice el viejo refrán gauchesco: “Cada lechón en su teta es el modo de mamar”.
Ellos ya eligieron la suya y nosotros la nuestra.

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