El vocal del Tribunal Nacional de Etica de la Unión Cívica Radical (UCR) y Miembro de Número del Instituto Nacional Yrigoyeneano –Ley 26040 Enrique Serafín Pereira, falleció en el día de la fecha.
Semblanza
La figura y la personalidad de Enrique Pereira no se pueden definir en pocas palabras. Si algo lo definía era su pasión por la política, su larga militancia dentro del radicalismo y su profunda inclinación por la lectura. Se inició en el partido de Alem e Irigoyen actuando en la Juventud Radical y fue escalando cargos alternativamente dentro del Comité y asimismo como presidente del Congreso provincial, actuando además como convencional nacional, siendo secretario de Relaciones Internacionales de la Honorable Convención Nacional de la UCR. Más tarde fue electo delegado al Comité Nacional en representación de la provincia de Entre Ríos y fue consagrado secretario de la mesa Directiva del órgano de gobierno partidario. Posteriormente fue nominado como integrante del Tribunal Nacional de Etica partidario, junto con la arquitecta Elva Roulet y el doctor Guillermo Moreno Hueyo. Era además miembro de número del Instituto Nacional Yrigoyeneano Ley 26040 y coordinador de la Delegación de dicha institución con sede en Entre Ríos.
Durante la gobernación de Carlos R. Contín (1963-1966), lo secundó como secretario privado, pero también fue secretario de la Cámara de Diputados de Entre Ríos cuando la presidía Carlos Contín (h), durante el primer mandato de Sergio Montiel. También se desempeñó en la Embajada argentina en España cuando la administración de Raúl Ricardo Alfonsín. Pero tenía otras cosas importantes que lo ocupaban: rector de la UCR y redactor infatigable del Diccionario Radical, aún no terminado y llamado a ser una obra ineludible para acceder a la historia del ideario que abrazó toda su vida.
En los últimos tiempos Pereira había dedicado buena parte de sus horas para confeccionar un sitio web, donde fue reconstruyendo la historia de vida de cada uno de los principales referentes del partido centenario. Su última nota la escribió el 11 de mayo (http://diccionarioradical.blogspot.com/), donde formuló varios cuestionamientos a la realidad de la UCR.Fue un gran conocedor de la historia política contemporánea del país de Francisco Franco y Federico García Lorca y sabía cómo enfocar y analizar los avatares de tanta tragedia ocurrida en la primera mitad del siglo pasado cuando la Guerra Civil Española. Su versación sobre esta temática, le era justicieramente reconocida. De sus dotes intelectuales daba prueba elocuente en sus columnas que le publicaba frecuentemente El Diario, de Paraná. Su última incursión periodística fue pocos días después de la muerte de Alfonsín, donde realizó un formidable alegato reivindicatorio de la figura y la trayectoria del ex Presidente.
Encontrarse con Pereira en la calle o el café, siempre significaba una vía para un buen diálogo y aunque su fervor lo llevaba a defender sus ideas y posturas con vigor y enjundia, a veces exacerbada, el balance daba superavitario. Pero también hacía gala de un sentido del humor muy particular en el cual matizaba sus reflexiones con el auxilio de una memoria prodigiosa y su jugosa imaginación.Tuvo muchos amigos y porqué no también enemigos. Correligionarios que lo respetaron y adversarios que también lo aprendieron a respetar. Pero en el paso por el tamiz final de la existencia, el balance da un sólido saldo positivo. Con él se aprendía, con él se reflexionaba y en él se identificaba un defensor acérrimo de su ideología sin dobleces. Y eso no es poco.Del Instituto Nacional Yrigoyeneano
El vicepresidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano, Diego Barovero , en representación del consejo directivo de la entidad expresó “el hondo pesar por la desaparición física de este entrañable amigo, profundo conocedor de la historia y ciudadano comprometido con los ideales y principios yrigoyenistas. Es una gran pérdida para el Instituto y para la UCR, sobre todo de Entre Ríos, a la que tanto amó y sirvió”.
http://institutonacionalyrigoyeneano.blogspot.com
Publicado por Diego Barovero para Instituto Nacional Yrigoyeneano Ley N° 26.040
Semblanza
La figura y la personalidad de Enrique Pereira no se pueden definir en pocas palabras. Si algo lo definía era su pasión por la política, su larga militancia dentro del radicalismo y su profunda inclinación por la lectura. Se inició en el partido de Alem e Irigoyen actuando en la Juventud Radical y fue escalando cargos alternativamente dentro del Comité y asimismo como presidente del Congreso provincial, actuando además como convencional nacional, siendo secretario de Relaciones Internacionales de la Honorable Convención Nacional de la UCR. Más tarde fue electo delegado al Comité Nacional en representación de la provincia de Entre Ríos y fue consagrado secretario de la mesa Directiva del órgano de gobierno partidario. Posteriormente fue nominado como integrante del Tribunal Nacional de Etica partidario, junto con la arquitecta Elva Roulet y el doctor Guillermo Moreno Hueyo. Era además miembro de número del Instituto Nacional Yrigoyeneano Ley 26040 y coordinador de la Delegación de dicha institución con sede en Entre Ríos.
Durante la gobernación de Carlos R. Contín (1963-1966), lo secundó como secretario privado, pero también fue secretario de la Cámara de Diputados de Entre Ríos cuando la presidía Carlos Contín (h), durante el primer mandato de Sergio Montiel. También se desempeñó en la Embajada argentina en España cuando la administración de Raúl Ricardo Alfonsín. Pero tenía otras cosas importantes que lo ocupaban: rector de la UCR y redactor infatigable del Diccionario Radical, aún no terminado y llamado a ser una obra ineludible para acceder a la historia del ideario que abrazó toda su vida.
En los últimos tiempos Pereira había dedicado buena parte de sus horas para confeccionar un sitio web, donde fue reconstruyendo la historia de vida de cada uno de los principales referentes del partido centenario. Su última nota la escribió el 11 de mayo (http://diccionarioradical.blogspot.com/), donde formuló varios cuestionamientos a la realidad de la UCR.Fue un gran conocedor de la historia política contemporánea del país de Francisco Franco y Federico García Lorca y sabía cómo enfocar y analizar los avatares de tanta tragedia ocurrida en la primera mitad del siglo pasado cuando la Guerra Civil Española. Su versación sobre esta temática, le era justicieramente reconocida. De sus dotes intelectuales daba prueba elocuente en sus columnas que le publicaba frecuentemente El Diario, de Paraná. Su última incursión periodística fue pocos días después de la muerte de Alfonsín, donde realizó un formidable alegato reivindicatorio de la figura y la trayectoria del ex Presidente.
Encontrarse con Pereira en la calle o el café, siempre significaba una vía para un buen diálogo y aunque su fervor lo llevaba a defender sus ideas y posturas con vigor y enjundia, a veces exacerbada, el balance daba superavitario. Pero también hacía gala de un sentido del humor muy particular en el cual matizaba sus reflexiones con el auxilio de una memoria prodigiosa y su jugosa imaginación.Tuvo muchos amigos y porqué no también enemigos. Correligionarios que lo respetaron y adversarios que también lo aprendieron a respetar. Pero en el paso por el tamiz final de la existencia, el balance da un sólido saldo positivo. Con él se aprendía, con él se reflexionaba y en él se identificaba un defensor acérrimo de su ideología sin dobleces. Y eso no es poco.Del Instituto Nacional Yrigoyeneano
El vicepresidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano, Diego Barovero , en representación del consejo directivo de la entidad expresó “el hondo pesar por la desaparición física de este entrañable amigo, profundo conocedor de la historia y ciudadano comprometido con los ideales y principios yrigoyenistas. Es una gran pérdida para el Instituto y para la UCR, sobre todo de Entre Ríos, a la que tanto amó y sirvió”.
http://institutonacionalyrigoyeneano.blogspot.com
Publicado por Diego Barovero para Instituto Nacional Yrigoyeneano Ley N° 26.040
0 comentarios:
Publicar un comentario