Así como hemos conocido el efecto tequila y el efecto tango, entre otros, pareciera, que al definido jocosamente "efecto jazz" hemos de sumarle el "efecto botox".
Es decir, aquel en el cual mediante un maquillaje que se prolonga poco en el tiempo tratamos de disimular defectos propios sin tratar el fondo de los mismos.
De esta manera es que el gobierno, que ya no soporta su propio maquillaje ya que el mismo se cae por su propio peso; y aclaro: bajo ningún concepto hablo, ni hago juicio de valor sobre el aspecto estético de nuestra prescindente, no la trato de mascarón de proa ni mucho menos, conste. Hecha la pertinente y oportuna aclaración continúo.
Observemos que la política de anuncios de los Kirchner, sin el menor sustento fáctico en la mayoría de la veces, ha llegado a su límite al chocar con la realidad. Y esta realidad indica que más allá de la ausencia de un proyecto de país, mas allá de la ausencia de ideas y mas allá de la endeblez republicana del matrimonio presidencial, estamos ante una crisis económica que requiere de profundos y serios replanteos económicos, sin perjuicio de que debería haber algo que replantear, y que ya no adminten medidas que se anuncian y que terminan siendo solo eso: anuncios. Ya sean imposibles de implementar o que no le sirven al ciudadano.
Vaya como ejemplo el plan automotriz anunciado recientemente: se trata de dos modelos por cada empresa, de los cuales uno será de origen brasileño; se adquirirá mediante un crédito o un plan en cuotas que implicarán un pago mensual de entre $800 a $1000; se requerirá un ingreso por grupo familiar que deberá rondar los $5000 y estará destinado a primer adquirente de 0 km.
Bueno. Hoy día la verdad es que ese representante de la clase media a quien está destinado el plan está más preocupado en conservar su propio auto, si es que lo tiene, que adquirir un 0 km que le demandará más gastos mensuales.
Ni hablar que le quitará el sueño la posibilidad de perder su empleo como consecuencia de la crisis económica global, que aún no ha impactado de lleno en nuestro país, estará preocupado en poder pagar el colegio de sus chicos si es que asiste a una escuela privada, y que tratándose de clase media de grandes centros urbanos es muy probable, estará preocupado en poder pagar la cuota de la medicina prepaga que seguramente ha de haber contratado ante el desastroso estado de la salud pública, y la lista puede seguir... casi me olvido, alquiler o cuota de la hipoteca a tasa variable y que lo hace temer por su techo.
A una familia tipo, no le cierra; a un estudiante de primer año de la universidad, tampoco.
Lo del gobierno es fantástico, pero hago referencia al género fantástico ya que pareciera que se creen su propia fantasía. Se creen progresistas, se creen republicanos, se creeen democráticos, inteligentes y lindos (bueno...) y no son nada de eso!!
Debemos estar preparados como partido para responder a la ciudadanía en el momento en que el efecto botox haga implosión!
CARLOS QUIRÓS
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