Si bien aún no está firmado el certificado de defunción, sí podemos afirmar que estamos ante una terapia intensiva de la cual no se vuelve.
Aún recuerdo una frase que escuché hace algún tiempo y que ahora se me hace muy patente: "Un peronista te acompaña hasta la puerta del cementerio, pero no entra".
Ahora bien: basta observar el comportamiento de los compañeros antes menemistas, luego duhaldista y después kirchneristas tales como Solá, Reuntemann y muchos de los "barones del conourbano" para percatarnos de esta sintomatología. Los Kirchner están en la puerta del cementerio y ningún peronista los va a acompañar.
Ayer fue Solá y hoy es Reutemann y en los días que siguen serán muchos más; se reciclarán o intentarán hacerlo para ser una nueva opción a ellos mismos, tal como viene sucediendo hace ya un tiempo y desde diferentes espacios.
La prescindente Cristina de Kirchner, devenida en locutora anunciante (ella diría "anuncianta", como "estudianta" y "presidenta") de planes de salvación semanales, no solo no logra recuperar la más mínima credibilidad en la ciudadanía sino que carece tanto de ideas como de cuadros técnicos y políticos capaces de generar una salida a la crisis global que simplemente, precipitó una crisis local inminente que de algún modo hasta podría justificar su inoperancia, su falta de ideas y paupérrima inteligencia.
Estamos en problemas.
CARLOS QUIRÓS
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