lunes, 7 de abril de 2008

“DOSCIENTOS AÑOS DE FRUSTRACIONES”, DIJO LA PRESIDENTA

Escribe: ENRIQUE PEREIRA
Secretario de Formación Política
Comité Nacional - UCR

Nadie ignora, y menos la Presidenta, cual es el significado de la palabra “frustrar”, que viene a ser una colección de negatividades, de cosas no hechas, de expectativas evaporadas, de sueños incumplidos, de imperdonables torpezas.
Ella se ha puesto como piloto de la terminación de las frustraciones. O lo que es lo mismo, en la campeona de las perfecciones argentinas, que existen solamente a partir del gobierno de su señor marido, continuado por ella legítimamente por el voto ciudadano
Todo lo anterior es frustración, dijo ella, con palabra clara y fruncido rostro
Nada de lo anterior sirve.
La Señora Presidenta habló de doscientos años de frustraciones.
Textualmente dijo eso, y no es persona de hablar sin saber lo que dice, ni sufre, ¡felizmente! de dislexia.
Dice exactamente lo que decir quiere,
Pareciera entonces que lo último que se hizo bien en esta tierra fue el rechazo de las invasiones inglesas, que cae, exactamente fuera de los doscientos años malditos, por ella condenados...
No se hizo bien el 25 de Mayo de 1810, pero contrariamente a esa calificación, insólitamente convoca para conmemorar el Bicentenario de una frustración, lo que suena un poco a cachondeo.
No se hizo bien la Asamblea del año XIII que suprimió los fueros de sangre, los títulos de nobleza y los instrumentos de tortura.
¿Habrán candidatos a duques condes y marqueses?
No hizo bien Belgrano en crear la Bandera y López y Planes en escribir nuestro Himno Nacional.
Cada paso que dio el Libertador Don José de San Martín, ello lo dijo, está en esa enorme bolsa de metidas de pata. La campaña Libertadora fue una frustración.
Caen todos en la volteada desde Dorrego, hasta Lavalle, desde Rozas, hasta Alberdi, desde Urquiza hasta Sáenz Peña, desde Alem, Yrigoyen, hasta Alvear, Lebensohn, Perón, Balbín, Evita, Alicia Moreau de Justo, Lola Mora, Ginastera, Saavedra Lamas, Milstein, Leloir, Ameghino, Houssay, Mosconi, Nini Marshall, Borges, Mallea, Minguito Tinguitella…
Nadie se salva.
Ella, la señora Presidenta habló de “doscientos años de frustraciones”.
Armó un baúl gigante, como esos baúles que traían desde Europa los abuelos, lo ató con un moñito fuerte y la cara de enojo, y se puso a ella y a su esposo como los frenadores únicos y absolutos de las tales frustraciones, desde lo alto del olimpo, custodiados por amables “patovicas” mitológicamente impresentables como Delia y el bíblico señor de las pluviales barbas, a la vez alto funcionario y hombre de choque.
Es una interpretación más que maniquea, tirando hacia el lado de la tontería.
Tal vez los chicos de la salita de cinco se la crean.
Pero en los doscientos años de no hacer nada, es decir de marchar para atrás, que dice la señora Presidenta, hubo avances maravillosos y retrocesos terribles.
Hubo un Moscoii que creo YPF y un Menem, peronista, que lo deshizo.
En lo cercano hubo un Belgrano que creó la Bandera y un cretino que le prendió fuego. Hubo un Yrigoyen que inventó el guardapolvo blanco y un ministro que se enriqueció con la venta de guardapolvos.
Hubo un presidente radical, Alvear, que era multimillonario y murió pobre, como murieron pobres Arturo Illia, Elpidio Gonzalez, Carlos Perette.
No fueron frustrantes ni esas vidas ni sus obras y menos aun sus personales ejemplos, como no lo fueron Alfredo Palacios, Lebensohn y podemos decir que tampoco lo fueron ni Juan Perón ni Eva Perón, a quienes discutimos fuertemente y a quienes respetamos sinceramente.
No hay derecho alguno a inventar que todos ellos vivieron para nada, para hacer frustraciones.
Un nuevo presidente, o presidenta, que nos señala con el dedo archi enjoyado, que finge populacherismo y se adorna con objetos lujosos con cuyo valor podrían vivir más de un par de familias todo un año, es un símbolo de la Argentina de este tiempo, en que la reacción mas reaccionaria, mediante torsiones y “acogotamientos” con la billetera incontrolada compra dirigentes vendibles e indignos, alquilones que le succionan los calcetines mientras les conviene y luego, cuando el sol se ponga para los que hoy se creen eternos, cambiarán de medias para ser lamidas,.
Estamos viviendo una ficción muy real, aun cuando parezca, y lo es, “una paradoja unamuniana”.
Puerto Madero no es la Argentina real. Es la Argentina Real, con mayúscula, para que nos visiten los príncipes del mundo y la neo oligarquía, es decir los amigos del poder, los verdaderos amigos del poder.
Los otros, a los que desde la soberbia les tiran un plan trabajar y están ya en la segunda generación de desocupados, son los desesperados compatriotas que revuelven los tachos de basura.
Lo real es ver que “trabajan” pequeños niños haciendo “juegos malabares” delante de los autos y que hay cientos de miles en la patria de “los únicos privilegiados”, que pueden ascender a limpiavidrios o abre puertas, y el INDEC entonces los declara potentados.
En este país irreal creado por quienes gobiernan, se tapan existentes inflaciones, cuando lo único que ha bajado, Según dicen, es el precio de las piedritas para los encendedores,
Estamos, con mediática y costosa ayuda, en un descomunal un teatro de mentiras, sin la gracia del teatro que es un ficción con arte y con talento.
Estamos viviendo una ficción patética, triste, penosa.
Mientras la cúpula pierde el tiempo recibiendo a los artistas de moda, en vez de atender a los que sufren, mientras los hospitales son una vergüenza, mientras los padres de los chicos deben hacer colectas para comprar lavandina, escobas y cepillos para barrer los colegios, el poder les hace llover millones de subsidios a los explotadores y inhumanos cuan espantosos “ferrocarriles argentinos”.
¿Por que´el “progresismo” gobernante no les hace retenciones a los zares de la timba y a los bancos? ¿Fomentan el progreso de la patria los barcos jugadores? ¿Son los granaderos sanmartinianos de este tiempo los fondos fiduciarios, los millonarios extranjeros que adquieren millones de hectáreas, los dueños de las timbas, los de los bancos privatizados por Menem y reprivatizados por el señor y la señora y sus acólitos?
Se habla con la izquierda y se obra con la derecha. Hasta quieren ingresar a la Internacional Socialista.
Corramos el telón de lo que pasa. No nos dejemos engañar por lo que dicen.
El poder hoy no reside en el pueblo, ni en la Casa Rosada, hoy mora, feliz y contento en el sitio que le corresponde; en Puerto Madero, la sede real de la oligarquía.de este tiempo, que a lo mejor se diferencia de la otra solamente en que no usa cuello palomita, galera y hasta eructa, pero que modales aparte, igual se mata de la risa de los miles de argentinos a los que con científicas artimañas propagandistas le han vendido gato por liebre.
Ya muchos, muchos miles estos días le han visto la pata a la sota.
Es cuestión de seguir mirando, atendiendo, como diría Machado más las voces que los ecos. Los ecos son el resabio de algo que fue diferente, Pero las voces, si se atienden bien, dicen la terrible verdad de la Argentina de hoy.

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