La noticia que Roberto Lavagna se sumará a la "reorganización" del Partido Justicialista, -lo cual fue acordado por el mismo Lavagna y por Néstor Kirchner en solo dos reuniones, y nada más y nada menos que como posible vicepresidente del peronismo-, indudablemente producirá un fuerte impacto en los autodenominados "radicales K" ya que les resultará imposible justificar la alianza que permitió al entonces presidente Kirchner contar con el poder territorial del cual carecía en los principios de esta alianza, recordemos que su ascenso al poder se produjo con solo un 23% de los votos y que se prolongó hasta que contó con las fuerzas necesarias como para descartar a sus aliados por conveniencia y reemplazarlos por tropa propia.
La funcionalidad a la estrategia kirchnerista de los K ha sido y sigue siendo más que manifiesta.
Las consecuencias de esta irresponsabilida cívica por parte de las dirigencias provinciales que adhirieron y/o sucumbieron a la extorsión del oficialismo nacional han sido terribles para la República y nuestro sistema de gobierno.
Han producido una severa crisis en la Unión Cívica Radical, la cual, en honor a la verdad no debemos atribuírsela en forma exclusiva ya que existen sin duda culpas concurrentes, pero en diferentes grados de responsabilidad.
La República necesita una Unión Cívica Radical fuerte y unida que responda a los intereses populares ofreciendo solución a los problemas sectoriales y no a intereses puntuales, no estoy diciendo personales, de algunos dirigentes cuya perspectiva no va más allá de sus propias narices, no digo intereses.
Se criticó a la conducción del Partido por aliarse a Lavagna, y los críticos parecen haber elegido el camino más largo para llegar al mismo lugar. ¿Responderán ahora a una conducción peronista ejercida en gran medida por aquel a quien tomaron como excusa para alejarse del partido?, ¿hasta dónde llegará ahora la coincidencia ideologógica con el gobierno nacional?, ¿cómo trabajarán con este gobierno prebendario de amigos ricos? y lo que es peor, ellos mismos son muy pero muy ricos!.
Recuperemos la Unión Civica Radical!
La funcionalidad a la estrategia kirchnerista de los K ha sido y sigue siendo más que manifiesta.
Las consecuencias de esta irresponsabilida cívica por parte de las dirigencias provinciales que adhirieron y/o sucumbieron a la extorsión del oficialismo nacional han sido terribles para la República y nuestro sistema de gobierno.
Han producido una severa crisis en la Unión Cívica Radical, la cual, en honor a la verdad no debemos atribuírsela en forma exclusiva ya que existen sin duda culpas concurrentes, pero en diferentes grados de responsabilidad.
La República necesita una Unión Cívica Radical fuerte y unida que responda a los intereses populares ofreciendo solución a los problemas sectoriales y no a intereses puntuales, no estoy diciendo personales, de algunos dirigentes cuya perspectiva no va más allá de sus propias narices, no digo intereses.
Se criticó a la conducción del Partido por aliarse a Lavagna, y los críticos parecen haber elegido el camino más largo para llegar al mismo lugar. ¿Responderán ahora a una conducción peronista ejercida en gran medida por aquel a quien tomaron como excusa para alejarse del partido?, ¿hasta dónde llegará ahora la coincidencia ideologógica con el gobierno nacional?, ¿cómo trabajarán con este gobierno prebendario de amigos ricos? y lo que es peor, ellos mismos son muy pero muy ricos!.
Recuperemos la Unión Civica Radical!
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