Otro aspecto que se puso de resalto con el impulso a la reforma política del gobierno es el del “fortalecimiento de los partido políticos”.
Ahora bien, casi simultáneamente con estos anuncios se destaca la intensión de los “K” de tomar la conducción de la U.C.R., ¿pueden ser tan obvios?
Que el ex presidente Kirchner es un gran y algunos podrían llegar a decir inescrupuloso estratega político, a esta altura ya no quedan dudas, con apenas un 22% de votos construyó un poder impensable hace algunos años atrás.
Y aquí está la cuestión: todo aquel que maneja una gran cuota de poder se olvida de los detalles y empiezan las obviedades, las desprolijidades, y también podríamos decir el sentimiento de impunidad: todo me sale bien, sumo a todos. Eso sí, a cualquier precio y lo de precio espero opere de disparador del pensamiento.
Es decir que los “K”, que nada recibieron del ejecutivo y que nada recibieron en el legislativo siguen siendo funcionales a una aspiración de poder hegemónico, son partícipes de un intento de destrucción de la República.
¿Quién concibe una República sin oposición? Nadie!, por lógica el país dejaría de ser una República.
Este intento de reinserción en el Partido por parte de la dirigencia “K” reconocería dos causales: o son enviados por el oficialismo a copar la estructura partidaria o de verdad quieren volver ya que nada recibieron a cambio de su sumisión.
Por suerte el radicalismo, aún maltrecho, será una barrera contra el avance de intereses sectoriales y de mafias recaudadores que atentan contra la existencia misma de la República.
Ahora bien, casi simultáneamente con estos anuncios se destaca la intensión de los “K” de tomar la conducción de la U.C.R., ¿pueden ser tan obvios?
Que el ex presidente Kirchner es un gran y algunos podrían llegar a decir inescrupuloso estratega político, a esta altura ya no quedan dudas, con apenas un 22% de votos construyó un poder impensable hace algunos años atrás.
Y aquí está la cuestión: todo aquel que maneja una gran cuota de poder se olvida de los detalles y empiezan las obviedades, las desprolijidades, y también podríamos decir el sentimiento de impunidad: todo me sale bien, sumo a todos. Eso sí, a cualquier precio y lo de precio espero opere de disparador del pensamiento.
Es decir que los “K”, que nada recibieron del ejecutivo y que nada recibieron en el legislativo siguen siendo funcionales a una aspiración de poder hegemónico, son partícipes de un intento de destrucción de la República.
¿Quién concibe una República sin oposición? Nadie!, por lógica el país dejaría de ser una República.
Este intento de reinserción en el Partido por parte de la dirigencia “K” reconocería dos causales: o son enviados por el oficialismo a copar la estructura partidaria o de verdad quieren volver ya que nada recibieron a cambio de su sumisión.
Por suerte el radicalismo, aún maltrecho, será una barrera contra el avance de intereses sectoriales y de mafias recaudadores que atentan contra la existencia misma de la República.
1 comentarios:
el artìculo muy bueno y muy claro. Ojala que notas como estas esclarezcan la mente de algunos radicales, haciendoles ver el daño que les estan haciendo a la Republica y al radicalismo
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