Comité Nacional de la U.C.R
Secretaría de Formación Política
UNA ENORME FALTA DE RESPETO CONTRA LA UNIÓN CÍVICA RADICAL
Hoy, Tres de Febrero. anivesario de la Batalla de Caseros, muchos argentinos nos desayunamos con la no demasiado inesperada noticia que la persona que determinados sectores de la Unión Cívica Radical habían elegido, suprimiendo el mecanismo de las elecciones internas, como candidato de nuestro centenario Partido a presidente de la Nación Argentina, había incurrido -por mas que se lo disfrace con alambicada retórica- en eso tan vulgar y pedestre de "darse vuelta" y pasarse al adversario contra el cual los ingenuos supusieron que R. Lavagna iba a luchar en brega democrática.
Muy pocos meses pasaron hasta que el mencionado R. Lavagna, al primerchistido, retornara presto adonde pertenecía: a los círculos del mismo poder que afirmaba enfrentar. Los ilusos, los despistados, fueron los radicales que pensaron que la aludida persona podía reemplazar a un radical, al mas modesto, como candidato de la UCR.
En realidad, sin vanidad, pero con verdad y con profunda emoción radical, lo expresmos quienes éramos el año pasado Convencionales Nacionales de la UCR en representación de la Provincia de Entre Ríos y nos negamos a participar siquiera de la canónica votación en que se "eligíó" en un poco iluminado teatro de Avellaneda a la persona aludida como portaestandarte de la UCR para enfrentar a los candidatos del gobierno. No fuimos, por supuesto, los únicos, hubo hasta una valiente delegada bonaerense que les exigió tener "pelotas"a los dirigentes nacionales del Partido, allí `resentes, que olimpícamente. silbando bajito, miraran hacia el techo... Pero sí, fuimos el único distrito que, íntegramente no cayó en la previsible celada.
Para nosotros, era más que obvio que R. Lavgana era un gubernista in pectore. ¿Sería parte de otra maniobra para tratar de desarticular a la U.C.R.? No lo sabremos nunca. Pero, visto lo que ha pasado, nos queda la duda.
Los convencionales de Entre Ríos no moramos en las alturas del poder partidario, pero no en balde en Entre Ríos la U.C.R. gobernó bastante mas del doble que en cualquier otro distrito del país. Tenemos, de alguna manera, cierto "olfato" para percibir la trampa. No quisieron escucharnos. Se enojaron mucho unos cuantos con nosotros. Nos ningunearon y nos muchachearon. Ellos tenían la "precisa", la "posta". ¿Qué "precisa" ¿Qué "posta?"
¿Quienes tuvieron razón? ¿Los que pregonaban las maravillosas maravillas de R. Lavagna o los que lo mirábamos con recelo? No por ser peronista, que eso no nos molesta ni perturba. sino sobre todo por no ser un verdadero luchador político, sino un cuasi permanente situacionista, enchufado astutamente en las cercanías cambiantes del poder político. Ni todo lo que reluce es oro, ni es recomendable en demasía quien anda rondando siempre en poderes de diferentes ideologías, a veces contradpuestas.
El propio R. Lavagna, con su acrobática voltereta, nos dio, lamentablemente, la razón. No era confiable.
Ojalá que nos hubiésesmos equivocado. Seríamos injustos si felicitásemos al Dr. Kirchner por la nueva readquisición, pues él mas que nadie conoce sus sinuosidades. Si nos gustase flagelarnos, lo tendríamos que felicitar por el ridículo en que el salto circense de su subordinado nos ha dejado.
Creo, y lamento discrepar con mi amigo de toda la vida Adolfo Stubrin, cuando sostiene que "nuestros caminos se bifurcan". En realidad jamás estuvimos en la misma senda con R. Lavagna. Algunos, con suma candidez, pudieron tragaron el sapo. Nosotros, los delegados de Entre Ríos, con parecidas palabras, lo dijimos en Avellaneda; "Para nosotros lo de Lavagna es una pesadilla. Los que se encandilaron con R. Lavagna deberán dar cuenta de este disparate,"
Vocablos mas o menos fue nuestra posición.
Por eso no le podemos tener el menor respeto político a R. Lavagna. Si no se lo teníamos antes, sería pintoresco tenerlo ahora. Comprendemos que los cándidos deben fingir que se lo tienen y esperan una explicación de lo que es, objetivamente, inexplicable-
La explicación, ahora mismo, se la tienen que dar los inventores de esa locura, a los afiliados radicales, que nos vimos, por disciplina partidaria. obligados a votar por un personaje triste, doblemente triste: por su aspecto y por su manera de vivir la vida política.
Esto entra, me imagino, dentro de mi competencia. El "ejemplo" que nos brindó el candidato proviene, de una muy extraña "formación política", que rechazamos vehementemente. Preferimos las personas previsibles, lo seres confiables, con aciertos y con yerros, ìensen como piensen, pero leales, ya que la lealtad es seguridad para todos, Para los amigos, pero sobre todo para los adversarios.
Parana, 3 de febrero de 2008.
Enrique Pereira
Secretarío de Formación Política de la Mesa del Comité Nacional de la U.C.R.